TREN PATAGÓNICO II
¿Qué tal? ¿Cómo está usted? ¿Bien? Bueno, me alegro mucho. La historia, el relato de hoy, está relacionado con otra empresa y otra provincia que se negó a esto de desguazar al tren. Estamos hablando de la Provincia de Río Negro. Fue hace mucho años, cuando este proceso estaba cantado, declarado y “ramal que para, ramal que cierra”. Y si no paraba cerraba igual. Cuando miles de personas perdieron el oficio que sabían hacer y nadie los había recapacitado para otro oficio. Por lo tanto, después de un tiempo, cuando se acabaron las indemnizaciones, se fue sumando a la lista de esa cantidad de gente que perdió su fuente de trabajo, y pasaron a ser un desocupado más. A esta gente, la Provincia de Río Negro le recrea la idea de recuperar parte de su tren.
Digámoslo así. Río Negro tiene dos grandes vías. La Línea Sur, que recorre Viedma, San Antonio Oeste con Bariloche, que es la Cordillera. Con tres puntos en San Antonio, las playas de San Antonio, que con un polo turístico importantísimo para la Patagonia Norte, la del Balneario de Las Grutas, (quizás usted ha oído hablar de él o quizás hasta lo conoce) y el puerto. Tres puntos interesantísimos. Y después, atravesando la Meseta Patagónica, llegar hasta Bariloche. De tal manera que la idea fue “bueno, salvemos la Línea Sur, que no tiene una ruta”. En ese momento la ruta tenía un mínimo avance desde la Ruta 3 hasta una localidad muy importante, pero una localidad, la primera, Valcheta Y desde San Antonio Oeste a Valcheta se pasa a una ruta de tierra. Por lo tanto dijeron “bueno, hagamos un esfuerzo en la Línea Sur”. La línea que pasa pegada al Alto Valle, al valle medio y el valle inferior de Río Negro, sólo tiene un transporte de tren, justamente de transporte de mercancía, de carga, Ferrosur. La otra, repetimos, pertenece a la provincia. Y la provincia decide poner en marcha el tren. Y ese tren que primero se llamó SEFEPA, Servicios Ferroviarios Patagónicos, y hoy se llama a secas el Tren Patagónico, tiene desde diciembre a marzo entrado, casi arañando los meses de abril, un trabajito espectacular. Porque al hombre que viaja de Viedma a San Antonio, o de San Antonio a Bariloche, parando en alguna, se suma el movimiento de tanto turistas nacionales como de afuera del país (lo he visto con mis propios ojos) que aprovechan esto de viajar de la Cordillera al mar. O de la mar a la Cordillera.
Quiero que le quede entonces el nombre, el Tren Patagónico, un tren que se salvó, un ranal gigantesco que se salvó. Y que con muy paca plata, si se recuperara el tramo Viedma-Bahía Blanca, Bahía Blanca unos pocos kilómetros más adelante, podríamos recuperar el tren Buenos Aires-Bariloche. Yo no sé si usted conocía este relato, pero quiero que lo incorpore. El Tren Patagónico, algo que vale la pena conocer.