HECHO EN BUENOS AIRES
¿Qué tal? ¿Cómo está usted? ¿Bien? Bueno. Me alegro muchísimo. Y usted me dirá ¿pero a usted siempre la va bien? No, mi amigo, no. No, mi amiga. No se confunda. Hay días bien, hay días mal, pero siempre bien es muy difícil. No. Eso es para almas muy especiales, para personalidades muy extraordinarias.
Quería contarle si conoce la revista “Hecho en Buenos Aires” ¿La conoce? ¿La ubica? “Hecho en Buenos Aires” es una revista hecha para la gente que vive en situación de calle. En la calle. Nos reímos, nos burlamos, nos da miedo, nos da tristeza, pasan los gobiernos y hay gente que vive en la calle. “Hecho en Buenos Aires” es una revista. Hay muchas otras en todo el país, en forma de periódicos, de revistas más chicas, de cuadernillos, que el vendedor, con la institución, “Hecho en Buenos Aires” en este caso, lo vende, y de cada revista que vale cinco pesos, él se queda con tres pesos con cincuenta. Un peso con cincuenta se invierte en pagar el papel, imprimir, pagar a los periodistas, etcétera. También hay colaboración de la propia gente que está en situación de calle. En el último número de “Hecho en Buenos Aires”, que se define además como una empresa social (su conformación legal es una asociación civil pero se definen como una empresa social) “Hecho en Buenos Aires” tiene temas como “El Sur también existía”, “Sigue la venta de hectáreas en la Patagonia”, U2 que dice “No tengo otra forma de relacionarme con el mundo que no sea a través de las canciones”, el Bahiano que comenta “La adrenalina que estoy sintiendo ahora no la sentí nunca”, con respecto a Egipto “Crónica de un caos anunciado”. Bueno, y así una cantidad de temas, muy bien hecha, de buen nivel, con unas profundas y muy buenas entrevistas, hay quizás algún perfil que a mí me gustaría que se ampliara un poco, me parece que es excesivamente en su sesgo social un poco cortado, pero que no niega la inmensa obra (ahora estoy hojeando la revista) que realiza la institución “Hecho en Buenos Aires”. Porque no es sólo tirar unas revistas y decir “llevátelas y vendélas”. Es dar las revistas, saber su nombre saber su historia, recibirlo, escucharlo, plantearle talleres de teatro, de dibujo, de pintura, de escritura, de oficios si es que hay posibilidad, revisaciones médicas, acercamiento a otras instituciones, etcétera, etcétera.
“Hecho en Buenos Aires” es una institución que es conocida, pero no lo suficiente. Tuvo un momento en que los medios se ocuparon de ella. Pero ahora los medios no se ocupan. Está como hecha. Sí, está hecha pero se hace permanentemente. Porque cuando usted le da 5 pesos, tres pesos con cincuenta se los queda el vendedor, en 10 son treinta y cinco, en 20 son setenta. Ya pudo esa persona por lo menos comer. Quién sabe quizás pudo alquilar un pequeñísimo cuartito, muy humilde por cierto. Por cierto, 20 revistas. Hay gente que se ha hecho amiga de las personas que compran.
Hay gente que tiene compradores exclusivos. Hay gente que tiene paradas, pero ganadas por respeto, por cariño, por cómo trabajan. Casi siempre están con su identificación. Vendedor número tanto – Carlos Pérez de Hecho en Buenos Aires. Carlos Pérez, por supuesto, es un nombre ficticio. Si ve, entonces cuando vaya a Capital, esta revista, en el subte, en el tren, en Retiro, en Plaza Once, no piense que es una revista política, no piense que es una revista pornográfica, no piense que es una revista juvenil que bueno, a un grupo de le hace bien y ahí acaba. No. Es la posibilidad para que una persona vuelva a tener su techo, su comida, su dignidad ¿Le parece poco? Otro día le paso a comentar otro relato.
