MONEDERO
¿Qué tal? ¿Cómo está usted? ¿Cómo estás vos? ¿Bien? Bueno, me alegro mucho. Hay gente que no tiene la capacidad de esconder sus conflictos. Son tan burros en su manejo del poder que se pasan de vueltas. Hace pocos días, les habíamos comentado, que virtualmente, son muy pocas empresas las que están manejando lamentablemente el transporte urbano entre Capital y el Gran Buenos Aires. Cada día son menos. Quizás el manejo más siniestro de esto es el del grupo DOTA. Le habíamos aclarado que este grupo es el dueño de muchas empresas, que a su vez tiene cada una muchas líneas. Les prometemos, porque tenemos una lista incompleta, de hacer una lista más completa cuando la tengamos, porque la vamos a colar aquí, al aire. DOTA, en su última maniobrita, el año pasado, por el mes de junio, virtualmente compró MONSA. MONSA es Micro Ómnibus Norte S.A., que es la línea 60, una línea que era emblemática en una época y extraordinaria. La maniobra se descubrió por un gesto que fue comprar o incorporar, no menos, entre 50 y 100 unidades nuevas de golpe. Siempre aprovechando las falencias de las empresas, y siempre aprovechando que el organismo político, el organismo de regulación, esto es la Secretaría de Estado de Transportes de la Nación, y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, pareciera que viven en otro mundo. No tienen, no alcanzan una noción de lo que está sucediendo.
DOTA es Roca, Rocarasa, Larrazábal, 12 de Octubre, Lope de Vega, y por su fuera poco, Los Constituyentes y Taba, que no tienen nada que ver con algunas otras que podían tener alguna relación, pero que para que usted se dé cuanta, son líneas tan gigantescas como la 21, la 28, la 108, la 5, la 117, la 161, la 130, la 87, la 76…¿Le dije la 28? Es decir que usted, hoy por hoy, no importa en qué empresa viaje, siempre viaja para el grupo si toma la Avenida General Paz. De una punta a la otra, desde el río al riachuelo, desde Ciudad Universitaria hasta el riachuelo, usted siempre está tomando un ómnibus que pertenece al grupo DOTA. Pero, ya le digo, esta gente está tan acostumbrada a hacer lo que se le viene la santa gana, en la santa gana, que no tienen ningún problema, pero ningún problema en que sus obreros se den cuenta de la maniobra. Y ahora todos los colectivos 60 dicne “NO AL TRABAJO ESCLAVO”. No al trabajo esclavo de DOTA y otra asociada. Le repito, cuando usted sube a Larrazábal, a Dota, a Roca, Rocarasa, Lope de Vega, 12 de octubre, Los Constituyentes, Taba y Monsa, siempre entra al grupo DOTA. El grupo gana. Es realmente vergonzoso que la autoridad de aplicación no encuentre otra salida, y es realmente vergonzoso también que esta buena gente (cuando digo “esta buena gente”, virtualmente tres grupos: PLAZA, DOTA, y METROPOL, metropolitana) manejen entre las tres el transporte urbano de la agrupación de población más grande del país. Y si te he visto no me acuerdo, y si no te diste cuenta, mala suerte. Bravo por la Secretaría de Estado de Transporte, bravo por la CNRT, que pareciera que no saben mirar otra película. Y terminábamos diciendo cómo es evidente el boicot de estos grupos al Sistema Único de Boleto Electrónico, Porque lo que les conviene es facturar lo que ellos quieren. Recordamos lo que habíamos dicho que hay virtualmente cuatro sistemas: tarjetas propias, por ejemplo la línea 228, la línea 159, la línea 343, vecina de esta casa, el boleto común, el ticket común, por monedas, el ticket que en horas pico o en momentos pico o en lugares pico, la empresa vende, el viejo boleto ticketeado a la clásica (ya tenemos tres) y las tarjetas Sube y Monedero que trabajan con el mismo sistema y que por lo tanto, usted tiene la friolera de uno, dos, tres, cuatro sistemas, y si divide Sube de Monedero, tiene cinco. Hasta que se vayan ordenando en el tiempo.
Parecería que a la Secretaría de Estado de Transporte le sobra el tiempo. A mí no me sobra el tiempo, no me gustan este tipo de maniobras, y realmente los monopolios jamás me cayeron bien, y los oligopolios menos. Oligopolios son diversos grupos que dicen competir entre sí, pero que regulan un mercado, imponen las pautas, imponen las concesiones. Y esto, a mal puerto va por aguas.
