INVAP REACTORES HOLANDA JORDANIA
¿Qué tal?¿cómo está usted?¿bien? Bueno, me alegro, hace mucho que no hablamos de INVAP, investigación aplicada, una empresa estatal de la provincia de Río Negro, en donde la CNEA, la Comisión Nacional de Energía Atómica tiene una acción, que es como una acción de oro, una acción de control donde dice que “todo lo que sale de acá son productos que certificamos que andan bien”.
Y así le ha ido muy bien al INVAP y el INVAP ha vendido reactores de investigación a países como Argelia, Egipto, Perú, a Australia y el primero, que lo hizo para los chicos el Instituto Balseiro, en Bariloche. Bien, “perdió la oportunidad”, entre comillas, en Tailandia, donde virtualmente le robaron la licitación, y Estados Unidos armó un escándalo cuando quisimos venderle uno de investigación a Irán, hace mucho tiempo, muchísimo tiempo, más de veinte años, pero igualmente eran malos y no hay que darles tecnología nuclear, aunque fuera para fines absolutamente pacíficos. Cuando menos tecnología nuclear tengan, mejor. No vaya a ser que lo busquen en otra parte, pero bueno, no importa. Dejémoslo ahí.
Bien. Le cuento las dos nuevas noticias del INVAP de este aspecto. Tiene dos reactores para colocar y la cosa está muy peleada, muy difícil. Vamos por cada caso. Uno, a Holanda. Sí, darle un reactor nuclear a Holanda. No está nada mal. Desde Río Negro, desde Bariloche a Holanda. ¿Le gustó? Bien, macanudo. Resulta ser que Holanda dice que para financiar la obra va a pedir plata a Europa, a cualquier Banco de Europa, estatal o privado, o a un holding de Bancos, a un grupo de Bancos, tanto sean estatales o privados. ¿Qué dijo la autoridad europea? Si eso se hace con plata europea, el producto tiene que ser europea, de tal manera que como me decía una fuente del INVAP, mancar el caballo a 50 metros de la meta. Bien.
Nos vamos a otra parte del mundo. Nos vamos nada más ni nada menos que a Jordania. En Jordania también la posibilidad de vender un reactor nuclear. Estábamos también ganando cómodos, sin agitar caballos, cuando apareció Corea, Corea del Sur. ¿Y qué dijo? “Yo les vendo el reactor, pero se los vendo con un crédito y durante los 10 a 15 primeros años no me tienen por qué pagar un centavo. Si quieren me pagan, si no, no. Y después me lo empiezan a pagar.” Pelear contra lo que se llama un crédito blando, casi de dumping, es decir, bajar el costo artificialmente, es virtualmente imposible. Sin embargo, la propia gente del INVAP, tiene todavía esperanzas en los dos lugares. Ojalá que lo logre. No se olvide que la exportación de un reactor de investigación a Australia fue la exportación argentina unitaria más grande de todos los tiempos.
Ojalá que logremos repetir aquel gran triunfo. ¿Por qué no? Otra vez paso y le cuento otro relato. Soja tras hoja, que puede ser mucha plata hoy y puede ser mucha hambre para mañana.
